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El controlador

Posteado por Almohadón de plumas | Categorías , | a las 23:05

Por: Ziysanma

Me gusta pensar que tengo el control en ciertos momentos. Busco un motivo, tal vez insignificante, para comenzar a devorar a los demás, les pico el cerebro por aquí, les pico el culo por allá, y ustedes ni siquiera se inmutan, siguen disfrutando de la palabrería que voy soltando a lo largo del recorrido, me creen las patrañas porque son simple basura.

Algunas veces, esto no es siempre, se acercan para tratar de adular el buen trabajo realizado a lo largo del día, no digo nada, los veo y asiento con la cabeza, piensan que los tomo en cuenta, pero no, muchacho, nada de eso, ustedes están por aquellos campos de desperdicio durante la jornada de trabajo, mientras yo disfruto en un valle de gran hermosura de la tranquilidad ofrecida por mi puesto, véanlo porque así es.

No necesitan palabras de este viejo, este anciano y decrépito cuerpo es sólo una existencia sin más por el momento, sin más por el futuro, no crean en nada de lo que digo, ya que la verborrea creada por mí no tiene nada de importante, soy peor, más estúpido, más egoísta, más despreciable de lo que son ustedes, sin embargo, cuando llegan para pedir un buen consejo, no ven ese punto por la idiotez fundada, alimentada y aceptada de sus mentes.

Hoy iré a buscar un par de chicas en la calle más despreciable de la ciudad, voy a tomar unos tragos, meterme algunas pastillas por la boca y por el ano, esta noche me perderé entre los vicios sagrados, me hundiré en ellos para salir hasta el otro día y ustedes, bola de ineptos no se darán cuenta, creerán que estuve en la casa leyendo algún libro, viendo la televisión después de la lectura, tomando café con leche antes de dormir y ¡oh, sorpresa! No será de esa forma.

Buenos chicos, nunca cambien, sigan consumiendo las mentiras brotadas de mi suave y delicioso aliento a menta, déjense llevar por la melodía infantil de mi voz, crean en todo lo que digo, porque nadie puede equivocarse del todo, puedo decir verdades ciertas veces, escuchen atentos mis consejos sobre cómo mandar al diablo a la perra con la que duermen, pongan atención sobre las instrucciones para pincharse el brazo, no dejen ir mis historias de viajes en un cuarto obscuro, sucio y maloliente, pongan atención, recuérdenlo todos los días de su vida porque al menos si no les sirven, me ayudan a creer que tengo el control en ciertos momentos.

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