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Pasatiempos

Posteado por Almohadón de plumas | Categorías , | a las 17:26

Por: L. Claudel

Me sumergí en mi cama, pero no encontré caracolas ni estrellas de mar, sólo había esperanzas y sueños que tuve que ahogar. Aquellos anhelos quedaron llenos de moho: lucen terribles, me dan pena. Recuerdo el día del asesinato: se resistían, pero yo empujaba tan fuerte que no pudieron sobrevivir. Supongo que me costó más trabajo matar que mantenerlos con vida, hoy me remuerde un poco la consciencia, sobre todo cuando vuelvo a caer y por casualidad termino nadando allí abajo.

Aprendí a volar, fue sencillo y sé que lo has hecho alguna vez. En el aire se siente como si cada miembro del cuerpo pudiera desprenderse: piernas y brazos separándose de tu tronco, ¡te asusta! Además del aire en las orejas, los ojos irritados, la fuerza para ir contra el viento; lo más turbulento es el vértigo allá arriba.


Dejé de volar. Tal vez ya se me olvidó cómo hacerlo, cómo planear de arriba abajo, de izquierda a derecha. ¿Que si era satisfactorio? No creo que puedas pensar así si no puedes controlar las ganas de vomitar.


Aprendí a cantar pero nadie escuchaba mi voz. No sé qué hacía falta, tal vez que yo la escuchara, hoy no tengo idea de qué tono tenía mi canción.

Ahora sólo camino y pienso esto. Supongo que eso es más terrible que dejar de nadar, volar y cantar.

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